sábado, 16 de junio de 2012

Sabados de relax...


Suspiro y… Comienzo, buen sábado este, he pasado una mañana bastante buena tranquilo en la playa, me escondí en una calita pequeña de esas de las que tengo varias localizadas por todo Málaga para no meterme en una batalla con un sinfín de gente… Un poco de sol, brisa fresca (con viento quizás demasiado) y un par de baños, adoro el mar, verlo y disfrutarlo.
Me apetecía este rato de playa, siempre tengo menos tiempo del que querría y entre unas cosas y otras me cuesta escaparme… Pero hoy si que si, aunque solo fuese este rato en la mañana, después a comer macarrones en casa, como debe ser, y a relajarme un poco más.

Últimamente no es ningún secreto mi insomnio, ni mis jaquecas, ni mis dolores de espalda (¡parezco un abuelo!), soy esclavo de mis pensamientos y recuerdos, los cuales a veces son grandes golpes o puñaladas en el pecho… Te cuesta despistes también, cualquier día me dejaré la cabeza en cualquier lado… Solo logro estar centrado en el trabajo, y por mi obsesión porque todo esté bien y tenerlo todo milimetrado.
Una vez salgo del despacho y me libro de la odiosa corbata, pasa lo que pasa, la casa se me hace infinita, llena de recuerdos, de pequeñas cosas que te traen de vuelta, cuando trato de dormir más de lo mismo, con pequeñas puyitas a mi mismo de como ocurrió todo, de como hice las cosas, de cuan injusta es la vida… Así es imposible dormir, aun más sin sueño.


Tengo el portátil delante, leo, oigo, veo, juego… Mejor escribo, unas líneas desahogando mi alma siempre vienen bien, a veces pienso lo fácil que sería todo contigo al lado, la única persona a quien siempre conté todo, ahora soy incapaz de soltarme con nadie, lo guardo todo para mi, no sé que hacer… Bueno si, te escribo como iba diciendo… Otras veces dejo correr mis dedos dejando pequeños relatos o entradas cortas llenas de pasión (o eso intento), trasladando mis pensamientos y silenciando esos recuerdos por momentos.
Es difícil todo sin tener quien te cuide aunque pases la treintena, nunca dejo de ser un niño que necesita un abrazo y unas palabras de aliento cuando cae, pero las cosas ocurren, y la vida sigue… Y ellos, los niños son los que me dicen “Vamos tito, sigamos”.

1 Pensiero:

Anónimo dijo...

No dejes de seguir. Por ellos, por otros, por nosotros. Los que estamos, los que estuvimos y los que estarán.
Hasta resumiendo una mañana de playa y unos sentimientos ahogados eres dulce.
Te quiero, amigo, lo sabes.

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