viernes, 22 de marzo de 2013

Encuentros en la Lluvia -11-



Julia no salió de casa en dos días, no cogió el teléfono a sus amigas, y se convenció (o lo intentó) de que todo lo ocurrido con Paolo fue un error, y que hizo lo mejor… ¿O no? Y es que aunque no paró de darle  vueltas, y de intentarlo, realmente no conseguía dejar de pensar en él y en lo que le había dicho.
 Paolo se encerró en el trabajo, salía de casa antes de amanecer y llegaba ya entrada la noche… Apenas cenaba, una ducha rápida y a cama de nuevo, su vida se limitaba al despacho y a la cama. Y es que tenía claro que quería estar con esa chica, pero no sabía exactamente qué hacer para demostrarle sus sentimientos.

Finalmente el italiano decidió buscar soluciones, y durante las siguientes tres semanas visitó cada noche el “Blue Note” para intentar coincidir con ella, habló con sus compañeros de trabajo, le dejó varias notas por si iba cuando el no estuviera, intentó conseguir algún dato más sobre ella para localizarla, pero… Todo fue en vano.
Un viernes noche, en el local habitual  whisky en mano Paolo continuaba su “espera”, sin darse por vencido, pero sin tener mucha suerte… Hasta que cuando iba a marcharse, vio entrar a Judith.

- ¡Eh chica, disculpa!
- ¿Me hablas a…? ¿Tú? ¿Qué quieres?
- Necesito hablar con Julia, y tú eras una de sus amigas, ¿verdad?
- Julia no quiere saber nada de ti, ¡olvídala!
- Necesito verla, hablar con ella, explicarle que se equivoca conmigo, por favor…
- De verdad, olvídala, no le has traído nada bueno, apenas sale, no quiere hacer nada, no hablamos casi, y todo por un tipo al que apenas conoce… ¡Déjala en paz!

Paolo no iba a rendirse aun así, lo tenía claro, por mucho que le costara… Marchó a casa y continuó yendo cada noche al local.

Julia comenzó a salir, cambió de ambientes, de lugares habituales, pero sin separarse de Paula y Judith… La cual había evitado contarle su sorprendente encuentro en el “Blue Note”.
Finalmente una noche Paula se encargó de convencer a la joven de volver a ir a su lugar preferido para tocar… Le prometió ir antes que ella para asegurarse de que él no estaría, y en caso de estar, marcharían a otro lugar. Tras mucho insistir, acabó convenciéndola, y quedaron esa misma noche a las 21.30.

Desgraciadamente, nuestro amigo Paolo enfermó el día antes, una enorme gripe le dejó tumbado en cama varios días con una fiebre bastante alta y cuando Paula entró al “Blue Note”, pudo confirmar a su amiga Julia que no estaba.
Entraron Judith y ella, y se sentaron junto a Paula que las esperaba en una mesa, tomaron una copa antes de que pudiera tocar, y dejarse llevar por la música, olvidándose por un momento del resto del mundo, y todo lo que la rodeaba… Hora y media tocando, con una pequeña pausa intermedia.

Finalmente a las 00.30 decidieron marchar, pues era martes y tenían que ir a clase al día siguiente… Disfrutaron de su última copa y se encaminaron hacia la puerta con cierto alivio de no haber tenido que “sufrir” un encuentro incómodo, cuando justo antes de salir, Marta, la chica de la barra, la llamó.

- ¡Julia, cuanto tiempo!
- Sí, he estado muy liada, pero me alegra volver a tocar aquí.
- Antes iba a buscarte, pero preferí esperar a que acabaras de tocar.
- Gracias, me apetecía mucho.
- Me alegro cielo, tenía que darte algo.
- ¿A mí?
- ¡Sí!

Y de repente sacó unas 15 o 16 notas, unas más grandes, otras más pequeñas, unas de una forma, otras de otra.

- Un hombre me ha ido dejando esto durante varias noches, se empeñó en que las guardara.
- ¿Un hombre?
- Si, ya me dejó una vez una nota que te di, ¿Recuerdas?
- Ah… Si… Ese hombre…
- Si, ha venido cada noche durante todo el mes, apenas hace un par de días que dejó de hacerlo…
- Y te ha dejado esto…
- Si, cada noche se sentaba en la barra, pedía dos wiskis solos, y cuando acababa el segundo marchaba… Eso sí, lo primero que hacía era preguntar por ti, o si te habíamos visto.
- ¿Por mí?
- Cada día… 

Continuará...


1 Pensiero:

Anónimo dijo...

Manteniendo la intriga :) Me alegro que la historia siga...

:)muaaaaaa

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