Jaquecas y pensamientos...

Pienso luego existo… Así era ¿No? Pues eso, aunque a veces me lo replanteo, pensar demasiado perjudica seriamente la salud, y da dolor de cabeza, cosa frecuente en mí.

Pero es cosa de familia, tanto mis jaquecas, como el pensar mucho… Mi madre siempre pensaba en exceso, le daba mil vueltas a todo, y siempre le decía “Mama, deja de pensar siempre en todo, relájate un poco…” Ahora yo soy mi madre, bueno, como ella.

De mi padre heredé los ojos y las jaquecas, creo que es por compensar, por tener unos ojos “bonitos” (va por gustos), tienes que sufrir las consecuencias de las ¡Jaquecas mortales!

Con el paso del tiempo, de los años te vas dando cuenta como cambian unas cosas y otras no…

Por ejemplo, sigo siendo el solterón de la familia, a la cual sigo teniendo detrás deseando que me case y esas cosas… No, por favor, no.

También sigo siendo un crío en el cuerpo de un hombre que tiene una edad ya… Recomendable, me gusta mi edad eh, pero eso no cambiará, me es imposible, y no quiero.

Pero cierto es que ahora tienes muchas más preocupaciones, no dejo de dar vueltas a mis pensamientos, y más tras tantas cosas que me han ocurrido en el último año.

He pasado por etapas complicadas, otras muy buenas, algunas extrañas… Y últimamente fue durísima, pero siempre seguí caminando, soy como los de correos, haga frío, llueva o nieve, sigo mi camino.

Tampoco ha cambiado en mí el intentar tomarlo todo con un cierto “humor”, aun cuando hablo de cosas serias, siempre con límites, pero intento que ese positivismo esté ahí.

En definitiva, soy el mismo que hace muuuuchos años se vino a España, así, porque si, aunque ahora me preocupe hasta por la mosca que se da de cabezazos con mi ventana… Y eso, me gusta.