viernes, 30 de noviembre de 2012

Encuentros en la Lluvia -5-



El jueves era el peor día de la semana para Julia, muchas clases, salía a correr con sus amigas, tocaba en el “Blue Note”… Y además la noche anterior había salido, y no llegó a casa demasiado temprano.
A las dos primeras horas de clase le costó mantenerse despierta, a base de cafés consiguió aguantar el resto de la mañana, que sinceramente, fue eterna para ella, la tarde no sería un paseo tampoco, así que necesitaba descansar aunque fuese poco, por lo que decidió saltarse la última clase del día.

Paolo había dormido fatal aquella noche, y al despertar tenía una jaqueca de espanto. Se dio una ducha para despejarse, el traje, un café y al trabajo.
Tenía un duro día de reuniones, juzgados y más reuniones… Hasta su almuerzo sería una reunión, no era precisamente lo que necesitaba para recuperarse de semejante dolor de cabeza, pero ante todo era muy responsable con su trabajo, y siempre procuraba hacerlo lo mejor posible, sin importar sus condiciones en según que momentos.

 La tarde comenzaba con una nueva reunión, con su jefe, que volvía a discutir entre gritos por tonterías, cosa que no terminaba de agradarle habitualmente, y mucho menos, hoy.

- ¿Pero de verdad piensas que podemos permitirnos elegir que queremos hacer?
- ¿Acaso te he dicho eso?
- ¡¡¡No, me has dicho que no piensas defender a ese tipo!!!!
- Y no lo haré, sabes que siempre hago lo mejor para la empresa, pero ya llevo muchos años trabajando aquí como para poder rechazar un caso.
- Paolo, eres el mejor abogado que trabaja conmigo ¡A quien coño quieres que se lo pida, si te quieren a ti!
- Pues diles que me es imposible, que tengo otros trabajos, otros casos, no pienso hacerlo.
- ¡¡¡ Joder Paolo, no sigas así!!!
- Deja de gritarme ya…
- ¡¡¡ No!!! Haz lo que te pido.
- No vas a convencerme, y mucho menos entre gritos, así que ahórratelos, estoy cansado de esta actitud, nunca me has hablado así, ¿Qué te está pasando?
- ¡Que me estás jodiendo!
- Mira… Déjalo, me marcho.

Paolo se fue bastante molesto con la reunión, pero sabía que no iba a ser tan “fácil”, su jefe debía estar pasando por malos momentos y les tenía tanto a el como a sus compañeros bastante estresados y cansados de malos comportamientos y respuestas.

A las 16:00 Julia, Judith y Paula hacían “footing”, mientras charlaban sobre las clases, la noche que les esperaba en el “Blue Note” y la necesidad de descansar que tenían, así que esperaban no volver demasiado tarde.
Tras una larga ducha, Julia se dedicó a practicar con la guitarra un rato, y no pudo evitar pensar en Paolo, y si aparecería por el pub… Sinceramente había quedado un poco contrariada y decepcionada de su encuentro la noche anterior, y no sabía si quería que estuviera allí. No quiso contar nada a sus amigas para evitar conversaciones incómodas.

Horas y horas de reuniones, charlas telefónicas y discusiones después, por fin llegaba Paolo a su casa, tardó poco en meterse bajo la ducha, y pasar más de media hora sin moverse con el agua cayendo sobre él… Estaba claro que a veces se sentía superado por todo, y que necesitaba desconectar, relajarse, vivir y olvidar el trabajo temporalmente.
Al salir de la ducha se puso cómodo, preparado para una noche tranquila de sofá y peli… Pero entonces al coger su reloj del escritorio, volvió a ver la tarjeta del “Blue Note” que creía haber tirado.

Julia se puso unos vaqueros, un jersey rojo bastante gordo de cuello vuelto  y se marchó al pub, donde se encontraría con las chicas… Tras tomar una copa, a las 22:00 empezaría a tocar, y estaría entre una hora y hora y media, con un par de pausas de 10 minutos.
Se sentó y comenzó a tocar, al comenzar siempre cerraba los ojos unos segundos para relajarse, olvidarse de la gente que había allí, y tocar tranquilamente… Tras abrir los ojos, él fue lo primero que vio, en la barra, con una cerveza en la mano.


Continuará…

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