Al día
siguiente con una jaqueca inmensa, pasó toda la mañana en pijama tocando la guitarra
y colgando las llamadas de sus amigas… Solo quería silencio y tranquilidad.
Tras un
viernes horroroso, Paolo como cada sábado comenzó a limpiar la casa, y hacer el
resto de tareas de un “amo de casa”, el vivir solo es lo que tiene, y era una
persona muy ordenada y limpia… Mientras lo hacía, con Guns ‘N’ Roses de fondo
pensaba en el plantón que había dado a Julia, si es que se había presentado,
claro está, y en como lograr localizarla sin tener que esperar al siguiente
jueves.
Esa
tarde se decidió a volver al “Blue Note” confiando en que Julia estaría o
aparecería por allí.
- Hola,
buenas, ¿me pone un whisky solo con dos hielos por favor?
-
Claro.
El
chico que había aquella tarde en la barra le sirvió el whisky y el aprovechó
para preguntar.
-
¿Disculpa, conoces a Julia?
- ¿Cómo?
- Si,
una chica que toca la guitarra aquí los jueves.
- Ah,
si, claro.
-
¿Sabes si vendrá hoy?
- Ni
idea, viene mucho con sus amigas, pero salvo el jueves, no tienen días fijos.
- Ah… ¿Y sabes su número o algo?
- No
puedo dárselo, ni lo haría, no le conozco.
- Ya…
Gracias.
Se
empezaba a quedar sin ideas pero pasó toda la tarde/noche del sábado esperando
en el pub por si tenía suerte y lograba encontrarse con ella, seguía sin tener
muy claro el porqué de todo, pero no se lo preguntaba ya, solo quería verla… Y
hablar con ella.
Julia
tras pasar toda la mañana encerrada por la tarde decidió coger su cámara y
salir a hacer fotos, otra de sus grandes aficiones, pasó toda la tarde en ello,
con su chaqueta negra y su gorro, guantes y bufanda rojo, junto a sus zapatos
amarillos… Era un día bastante frío, pero pese a ello salió sin miedo a
fotografiarlo todo, combinando sus colores…
La
noche la pasó bajo una manta, comiendo pizza y viendo películas de ciencia
ficción, había decidido que el sábado sería su día, y no iba a cambiar de opinión
pese a la cantidad de llamadas o mensajes que le dejaron Paula y Judith, el
domingo decidiría que hacer.
Y así
fue, el domingo nada más despertarse se duchó, se vistió y fue a recoger a
Paula a casa, tras hacerlo fueron a por Judith, operación: “Pasar todo el día
fuera”.
Paolo también
tenía planes para el domingo, había quedado con sus amigos habituales para
salir a comer, se trastocó todo un poco al ponerse a llover, cambio de lugar,
de horario y de planes posteriores. El lugar “Vadebaco”, buen lugar de tapas y
vino, la hora: 14.30, y allí iba, difícil aparcar así que con tiempo, un par de
vueltas y por fin logró dejar el coche.
Salió
de este y se puso la chaqueta negra sobre la cabeza, no solía usar demasiado el
paraguas, y a lo lejos... Una chica de piel blanca como la nieve, guantes,
bufanda y gorro rojo y una mirada conocida, llamó su atención.
-
¿¡Julia!? ¿¿¡¡Julia!!??
Continuará…
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