Hace
mucho que no escribo en el blog, pues siempre guardo cosas escritas solo para mí…
Casi un mes, tres días han faltado, y no por falta de ganas, sino quizás más
bien por falta de ánimo.
He
tenido días en los que te he añorado enormemente, más que quizás hace 8 meses,
cuando todo era más reciente, pero la herida en contra de esa mentira
universal, no, no la cierra el tiempo… Este se dedica a recordarte que sigue
ahí, y nunca va a desaparecer.
Pero
dejemos las penas a un lado, sabes que siempre me gusta sacar mi sonrisa ante
los demás, y que estos sonrían conmigo, y que mayor sonrisa que mis peques, que
siempre me hacen olvidarme del mundo en que vivimos, y me convierten en uno más
de ellos.
Ayer
hablaba con Raúl por teléfono, me llama (si él, no su padre) casi todos los
días, para contarme como le ha ido en el colegio, o como le va con su novia
Nerea, con la que está teniendo ciertas discrepancias… Es lo que tienen estas relaciones
a los 4 años y medio, que las niñas son malas desde pequeñas… Ais, el pobre se
va dando cuenta.
Laura,
se ha ido de Erasmus a Inglaterra, y está feliz y contenta, y yo orgullosísimo
de ella… Ayer hablaba con ella por Skype (vivan las nuevas tecnologías), y no
dejaba de sonreír ella y de babear yo… Y es que aun siendo mi mayor, sigue
siendo una peque para mí, que la conozco desde que era una pequeñaja, y ahora
la veo tan responsable y madura.
Álvaro
ha entrado en la lista definitiva del equipo de futbol, si es que está claro,
es un deportista, ¡como su tío! Y además, sorprendentemente serio y
responsable, eso si, sobre el campo y en los estudios… Después no para de sonreír
todo el rato, muchos de nuestros amigos dicen que les recuerdan a mi, y no, hay
nada raro eh… Solo que ha cogido muchas costumbres y manías mías, y es que
según su madre me admira mucho, y no se yo si eso es recomendable eh.
Por fin
se va el calor, que me tenía algo agobiado ya, y viene el fresco, aun vamos en
manga corta por la calle, y sin camiseta por casa, pero se fue el agobio, la
humedad que ahoga… Ahora da gusto, y sentarse en la terraza suele obligarte a
ponerte la camisa o camiseta, pues por la noche refresca bastante. También se
nota cuando sales a la calle tras el madrugón, viva el trabajo… ¿A quien se le
ocurriría eso de trabajar?
Bueno,
creo que el resumen ha sido bueno, prefiero hablar de ellos que de mi, yo tengo
poco que contar, el trabajo relajado tras las vacaciones, ya se irá
intensificando, el gimnasio, aparcado esta última semana por mi hombro y
cuello, el fisio me ha aconsejado que me tome un par de semanas de descanso,
tengo los músculos demasiado cargado, y es normal… Cuando me agobio o me dan
bajones, vaya palizas le meto al gimnasio.
Pero
ante todo, como siempre te dije, hasta el último día, mantendré la sonrisa.
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