sábado, 1 de diciembre de 2012

Encuentros en la Lluvia -6-

Paolo cogió la tarjeta del escritorio, pensó en el día tan horrible que había tenido, y dijo… ¿Por qué no? Se puso unos vaqueros, una camisa negra, su chaqueta del mismo color, y se acercó en coche hasta el “Blue Note”, quería tomar una copa, relajarse y verla. Pidió una cerveza, y se quedó observando, ella acababa de subir a tocar, llevaba sus vaqueros, ese jersey rojo, y las mejillas sonrojadas en un rostro blanco como la nieve, en ese momento la vio preciosa.

Comenzó a sonar la guitarra en el silencioso pub, siempre exigían respeto para los músicos, y se rogaba que en la zona de actuaciones en directo el volumen de la voz fuese más bajo.
El repertorio paso desde Guns ’N’ Roses, Bon Jovi o Aerosmith, hasta James Blunt o Jason Mraz.
 Ella no podía dejar de mirar de reojo a la barra, aumentó su nerviosismo, no esperaba que estuviera allí, y mucho menos que estuviera solo, lo cual daba más valor aun a su presencia, no había ido de copas con los amigos, ni había quedado con nadie, estaba allí solo, porque quería, porque le apetecía.

Tras llegar al primer descanso de la noche, se acercó a sus amigas y no pudo evitar comentarles lo ocurrido, no solo esa noche…

- ¿Paula te acuerdas del hombre que te dije que estuvo apunto de atropellarme?
- Claro
- ¿Estuvieron apunto de atropellarte y no me dijisteis nada?
- Si, ya te contaré, Judith… ¡Pero ese hombre está aquí!
- ¿Cómo?
- Si, a ver, anoche no os dije nada, pero me lo encontré aquí mismo, y charlamos.
- ¿Y que te dijo? (Dijeron ambas amigas a la vez).
- Que no quería saber nada más de mí, que fue simple coincidencia, que lo dejara…
- Espera Judith, a ver, estuvo apunto de atropellarla por su culpa, tampoco iba a decirle que la amaba…
- ¿A todo esto, y quien es, me lo podéis decir?
- Yo no lo conozco.
- A ver chicas, es el hombre aquel de la barra, está solo con una cerveza en la mano y una camisa negra.
- ¿¿En serio?? Es guapísimo.
-¡Y muy mayor  Judith! Olvídate de él, Julia.
- Tengo que volver a tocar.

Y así fue, continuó tocando y tocando, saltándose incluso el segundo descanso, simplemente quería tocar y tocar… Hasta que acabó con todo su repertorio de canciones para esa noche, y acabó. Entre aplausos agradeció los mismos y se retiró buscando a sus amigas, no sin antes echar una última ojeada a la barra, y observar que él ya no estaba allí, y llevarse una nueva decepción.

Paolo observo durante toda la noche la actuación de Julia sin apenas moverse del sitio, estaba absolutamente absorbido por ella… Dos cervezas y un whisky después, miró la hora y observó que era demasiado tarde, mañana tenía que  trabajar, y no sería un día fácil tampoco.
Así que se colocó la chaqueta, pagó sus bebidas y le pidió un favor a la chica de la barra.

- Disculpa, ¿Podrías darle esta nota a la chica de la guitarra? Es una amiga mía.
- Claro, no hay problema.

Julia volvió con sus amigas y les contó que él se había marchado, y que ciertamente lo mejor que podría hacer es olvidarse del asunto, total, no lo conocía de nada… Pero realmente aun pensaba que el destino les había hecho encontrarse, era algo superior a ella.
Las tres recogieron sus cosas y se dispusieron a volver a casa, cuando la chica de la barra las llamó.

- ¡Julia!
- Dime Marta.
- Un hombre me ha dejado esto para ti, me ha dicho que era un amigo tuyo.
- ¿Un hombre?
- Si, llevaba vaqueros y camisa oscura.
- Ah si… Gracias.


- Oye Marta, no pone nada.
- Dale la vuelta.

Continuará…

1 Pensiero:

Blanka dijo...

Ejem... Ya me has dejado intrigada con el papelito... ¿Nº de teléfono o cuenta de Twitter?
Baci

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