lunes, 20 de febrero de 2012

Estrellas en el Cielo...


Y en la oscuridad de la noche apareció una estrella, esta me marcó el camino que debía seguir, y con ella encontré infinidad de alegría, risas y momentos compartidos… La estrella eras tú.
Me guiaste en la oscuridad, pero también ante el sol cegador del día… Me protegiste del frío invierno, y del caluroso verano, sabiendo cuando abrazarme, cuando posar tus manos, relajarme y hacer los días más duros, maravillas a tu lado.
Y aún lo haces, me recogiste en un rincón, escondido, asustado… Intentando protegerme de los más duros golpes, pero tu solo me tendiste la mano, me ayudaste a levantar, y a ver la vida de otra forma, llena de color, de sentido.


Susúrrame al oído, dime esas palabras que quiero oír… No sueltes mi mano, y vuelve a decirme que todo saldrá bien, que siempre estás a mi lado, que no vas marcharte, que no me dejarás.
Vuelves… Eres el hilo de viento, la pequeña brisa que me dice que he de hacer, que impide mis malas caras, mis ojos tristes… Que arranca sonrisas imposibles.
¿Qué puedo hacer yo? Lo que hago, muchas veces me pregunto que más pude hacer, pero siempre termino igual, dedicándote palabras, hechos sinceros, contando trocitos de mi vida y de mi recuerdo… Como siempre hice, sin cambiar ni una coma, porque sé que todo te lo puedo contar a ti… Y mientras espero, sé que aparecerás, y volverás a decirme, que no te irás.

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