Dura soledad, rodeado de gente en un vacío infinito, añorando cada segundo que pasé junto a ti, esperando el momento de soñar un minuto contigo, de volver a hablarte y verte sonreír.
Duros días en los que nada te da aliento, en las el ánimo desaparece, en las que se acaban las ganas de todo, y aparecen las ganas de nada, de no levantarte de cama aún sin dormir.
Suspiros lanzados al viento una y otra vez, susurrando a la luna tus recuerdos, evitando que esa lágrima recorra mi mejilla al pensar que ya no estás junto a mi.
Te pienso, te hablo, te escribo, te espero… Aún en la soledad o la compañía, aun ocupando mi tiempo en cosas sin sentido para intentar engañar a mi mente, nada es suficiente, nada me basta.
Espero y sigo esperando, el momento que todos dicen, que todos siempre repiten que llegará, que todo se hará más llevadero, que más fácil será, pero dudo mucho que eso ocurra, que eso pueda suceder, pues siempre te llevo en mi mente, y de mi corazón no te irás.
Te lanzo besos y abrazos, como cada uno de lo que pude disfrutar, de tus ánimos y de tu empuje, y de esa sonrisa infinita que esa niña que tenías dentro no escondía jamás.
¿Sabes? Cada palabra que te escribo es un trocito de mi corazón deslizado con mis dedos sobre el teclado, dejando correr las palabras, desahogando mi alma contigo una vez más.
1 Pensiero:
Me cuesta mucho hablar del dolor, y sobre todo, de ese dolor... Solo te puedo decir una cosa, siempre vivirá en ti, y lo que digan los demás, da igual... Solo importas tu...
Como siempre, preciosas palabras lanzadas al viento... :)
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